Una exposición de
David Betsué, un artista barcelonés (1980) licenciado en escultura por la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, que nos trae la
exposición en el MNCARS. Aunque la exposición tuvo lugar el año pasado (2017)
fui a verla, y me pareció bastante interesante.
La exposición se
dividió en tres salas y que cada una de ellas alude a diferentes barrios de
Madrid, (Las Tablas, Vallecas y El Monasterio de El Escorial) para comentar lo
más característico de éstas zonas.
En la
primera sala expositiva se puede observar claramente una serie de péndulos de
metacrilato y planchas lisas recortadas con láser. Son formas bastante simples
y geométricas, nada más allá. Me parece que la intención del artista
quedó bastante cumplida: pues ésta sala representa a la zona de La Tablas,( lo
empresarial). Por eso las grandes y estáticas formas geométricas, donde queda
plasmada la frialdad y la estaticidad de unas construciónes ausentes de
sentimiento.
Aquí estos objetos
pierden completamente su significado para adquirir uno totalmente nuevo.
Para el escultor lo
más importante es el material y no la forma en sí. De aquí pulveriza
completamente la materia de los objetos para convertirlos, nuevamente, en otra
cosa diferente. Concebirles un nuevo cuerpo. Y ésta es la sala que más me
gustó, ya que la escultura se funde con la poesía, y ése el el camino por el
que quiero llevar mi arte también.
Unas de las cosas
que más he notado al tener que estar durante mucho tiempo viendo las obras
expuestas y reflexionando sobre ellas una y otra vez, fue bastante
clara: Las personas entraban y salían. Nadie se quedaba más de dos
minutos para contemplarlo todo con minucioso
detalle.
Y pienso que,
siendo extranjeros o españoles, salían de la misma manera de la que entraron:
sin indiferencia y ninguna idea clara que procesar.
Pero igual sí con
una gran duda echada al vacío.
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